Fingir demencia
¿Me olvidé de disfrutar? Detrás de mi timidez y mi soledad, ¿sabré algo de lo que me moviliza y me detiene? Hoy desperté con esa idea; esta vida ya no me divierte. Motivada por el hallazgo encubierto busco respuestas en la filosofía, y me encuentro con una definición acotada de este tiempo agobiante:"somos creyentes". Profesamos con inocencia una religión que nos dignifica empobreciéndonos, y esta minúsvalía nos ataca justo en la palabra. Una compañera me preguntó cuántos trabajos tenía y le dije "tres" . Se quedó perpleja, pero también le dio curiosidad mi crucificción. " ¿Con qué objetivo trabajás tanto?", me dijo. No supe qué responderle. "Tenés que salir más", me dice un familiar en la sobremesa. ¿Salir? ¿A dónde? ¿No es acaso la soledad el único remedio contra la escucha enfermiza? Salir con amigos es atestiguar la expulsión, un salvavidas pinchado en este panorama tormentoso. Se bebe mucho, demasiado. Se bebe para no hablar o para decir l